La TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO: ACT está encuadrada en el marco de las terapias cognitivo-conductuales de 3ª generación.
Ésto supone un avance innovador en las terapias cognitivo-conductuales, aportando un valioso complemento a éstas.
Las técnicas que esta terapia utiliza, no van dirigidas a la eliminación del síntoma directamente, sino a su ACEPTACIÓN, a dejar de controlar, centrándose en orientar a la persona hacia aquello que le importa en su vida: SUS VALORES.
Por ello, adentra al paciente a conocer y centrarse en lo que es valioso para él/ella, aunque a veces ello conlleve hacerlo con el síntoma “ a cuestas ”.
Pone hincapié en no tratar de deshacerse del sufrimiento primero, para así después actuar, sino, actuar pese a la incomodidad, centrándose en aquello que es importante.
Ésta forma de trabajar, nos pone ante una actitud de “ no lucha ” o ACEPTACIÓN y un nuevo enfoque en el cual, aceptamos que, en ocasiones, hay sufrimiento y no siempre placer, y por ello, tenemos que aprender a convivir con éste, sin que su eliminación sea un requisito previo para hacer aquello que es importante para cada uno de nosotros.
Centrándonos pues, en nuestros VALORES, aprenderemos a COMPROMETERNOS con ellos como forma de trascender del sufrimiento hacia aquello que queremos.
La terapia ACT es por tanto, una terapia más experiencial que cognitiva y más vivencial en donde se hace un trabajo más exhaustivo con las emociones, no para controlarlas, sino para conocerlas, comprenderlas y aprender su FUNCIÓN.
ACT utiliza METÁFORAS para explicar lo que nos sucede, ejercicios de exposición más vivenciales, técnicas como el MINDFULNESS, que ayudan a aceptar dejando de luchar y a centrarse en el momento PRESENTE.
Enseña habilidades para conseguir lo que queremos sin centrarse en los eventos internos: pensamientos, sentimientos, sensaciones físicas, para dirigirse a lo que a la persona le importa.
El modelo ACT está por tanto dirigido a aumentar la FLEXIBILIDAD PSICOLÓGICA frente a su opuesto: LA RIGIDEZ PSICOLÓGICA.
Se trata por tanto, de vivir en el AQUÍ Y AHORA, enfocándonos por tanto, en seguir nuestros valores.
Lo opuesto sería, acabar primero con nuestras barreras: los pensamientos, sentimientos y sensaciones negativas antes de enfocarnos en hacer y dirigirse hacia nuestros objetivos. Ésto último sería la RIGIDEZ PSICOLÓGICA.